¿Cuánto puede llegar hacer una
persona por amor? mil cosas ¿no creen? pero ahora se los pondré más
interesante, ¿cuánto puede un psicópata?... mil y un cosas más, pero claro, no
todas son buenas. La mayor preocupación de un psicópata es esconder todo lo que
ha hecho, se debe de tener un buen disfraz, y no hay nada mejor que la misma vida te lo haya dado. ¿Quién podría pensar mal de un niño? digo,
¿qué es lo primero que piensas cuando ves a un niño? ¿Honestidad, inocencia,
debilidad, imaginativo, dulce, tierno, incapaz de hacer algo malo? ¿Ahora me
crees que es un buen disfraz?
Víctor, un niño de primero de
primaria, estaba en la escuela, trataba de llamar la atención de su amigo Leonardo.
Estaba a dos bancas delante de él, de su lado derecho. Leonardo era muy
responsable, porque su mamá le regañaba y pegaba cada vez que recibía malas
noticias de la escuela. Leonardo volteó una vez y vio a Víctor, él le sonrió pero
Leonardo le pidió sin palabras que se calmara, no quería tener una llamada de
atención. Bastante tenía su madre con ser madre joven soltera, no quería
causarle problemas. Eso no detuvo a Víctor, procedió con mandarle una nota a su
amigo, él la recibió, la leyó y la regresó. Víctor estaba ansioso en recibir la
contestación, al tener la nota en su mano procedió a leerla, la nota decía:
-¿Sí puedo ir a tu casa esta
tarde?-
-Sí, pero ya déjame en paz, sabes
que me haría mi mamá si me regañan.-
Víctor sonrió al leer el “sí”.
Todas las tardes se veían casa de Leo, pero hoy quería estar seguro si podía
ir. Al acabar las clases esperaron a que la mamá de Leonardo llegara para que
se fueran juntos a su casa. Todas las tardes se veían porque Víctor no tenía
nada mejor que hacer en su casa. Sus padres habían muerto hace 4 meses. Los
encontraron muertos en la cama, al parecer ambos habían tomado varias pastillas
para dormir, que les dio una sobredosis. Los investigadores supusieron que
había sido un suicidio grupal, o ambos habían decidido en matar al otro el
mismo día y con la misma técnica. Era claro que esa pareja no era la más feliz,
tenían muchos problemas. Fueron las únicas opciones, ya que nadie más había
estado en esa casa más que ellos y su hijo.
Al llegar a la casa, la madre de
Leo les preparó de comer, ambos comieron y empezaron a hacer sus deberes. La
madre de Leo trabajaba de mañana y de noche, así que todas las tardes se iba a
su dormir a su cama, ella tenía la costumbre de tomar pastillas para dormir.
Cuando su madre se despidió de su hijo, para ir a dormir, Víctor pidió ir al
baño. Regresó con Leo y al acabar sus deberes comenzaron a jugar. Pasaron las
horas hasta que dieron las 9, la madre de Leo no bajaba para irse a trabajar.
Era camarera en un bar, ocupaba cualquier trabajo para poder ganar más dinero.
Leo se preocupó, pensó que su mamá se sentía enferma, así que decidió ir al
cuarto de su madre para ver qué era lo que pasaba. Abrió la puerta y vio a su
madre recostada en su cama, en seguida pensó que sólo se había quedado dormida,
se acercó a ella y la movió para que se despertara. La llamó varias veces pero
su mamá no mostraba señales de que estuviera reaccionando, procedió a moverla
pero de igual manera su mamá no hacía absolutamente nada. Leo se espantó, su
mamá no se movía, entonces dio un grito y llamó a Víctor. Víctor corrió hacía
donde estaba su amigo, y cuando llegó vio a Leo con lágrimas en los ojos,
corriendo bajo sus mejillas. Víctor lo abrazó y le preguntó qué pasaba. Leo,
entre tanto llanto, sólo podía pronunciar “mi mamá”. Víctor fue hacía la madre
muerta en la cama y sólo le acarició la cabeza, se acercó al oído de la señora
y le dijo: -Me toca cuidarlo, usted ya ha hecho suficiente-.
Leo sólo escuchó susurros, así
que preguntó a Víctor qué estaba diciendo a su madre. Víctor ignoró su pregunta
y le dijo a Leo que debían irse de esa casa. Leo no quería y decía que no, pero
Víctor le reclamaba con que sería lo mejor, que su madre no iba a despertar en
un largo tiempo. Leo al final accedió pero antes de irse le sugirió a Víctor
llamar a la policía, su madre siempre le decía a Leo que si algo malo sucedía
que llamara a la policía, ellos sabrían qué hacer. Víctor accedió y fue por el
teléfono. Regresó con su amigo y se lo dio para que llamara. Leo le contó todo
lo que había sucedido y les dio su dirección, por suerte Leo se la había
aprendido para estos casos. Al colgar el policía les dijo que no se movieran
pero Víctor le repitió a Leo que tenían que irse, que no podían estar ahí. Leo
tenía mucho miedo, y comenzó a llorar otra vez. Víctor se acercó a él y lo
abrazó. Le pidió que no llorara más, y le dijo que se iban a quedar. Leo
comentó que tenía mucho miedo, entonces Víctor lo abrazó aún más. La policía no
tardó mucho en llegar, al final era una ciudad pequeña, y la central policíaca no quedaba lejos. Al escuchar las sirenas Leo se asustó, Víctor al captar su
reacción le dio un beso en la mejilla y le dijo que se calmara. Leo hizo caso y
se acomodó en los brazos de su amigo. De repente escucharon la puerta tocar,
Víctor dejo a su amigo sentado en un sillón y fue a abrir. En cuanto la puerta
se abrió, tres policías entraron; uno de ellos preguntó dónde se encontraba la
madre, Víctor apuntó hacía la recamara de la señora y dos de los policías se
alistaron para entrar al cuarto. El tercer policía se quedó con Víctor, y
comenzó a hacerle preguntas. Víctor le pidió que esperara, caminó hacía donde
estaba Leo y lo agarró de la mano. Ambos caminaron hacía donde estaba el
policía y se quedaron parados. Víctor apretó la mano de su amigo y, mientras el
policía les preguntaba, le susurró al oído:
-Al fin estaremos juntos- y le dio
un beso en la mejilla.